Como todo signo de agua, Escorpio salpica sensibilidad cruda y descarnada. Fuertemente emocional, tiene una dura jornada por delante: intentar que la piel que le recubre sea más resistente que la dilatación de su blando contenido. Es de los más sensibles y a ojos de todos parece todo lo contrario. De este rudo encuentro entre sus emociones y su necesidad de ser más fuerte que sí mismo, surge un ser fiero y salvaje; no necesariamente brutal, pero sí instintivo.
¿Cómo se comporta Escorpio en el plano amoroso?
El misterio es el fragmento de su ser que más se pone de manifiesto cuando juega al juego del amor. Siempre enigmáticos, siempre indescifrables. Las personas de signo Escorpio saben ser carismáticos de una manera diferente con cada quién; conocen instintivamente cómo actuar con uno o con otro. Despiertan la confianza entre quienes le tienen al lado. Cuando hablan dicen cosas que llegan al alma, sus ojos perforan el cascarón exterior y muestran en frágil desnudez a quien tienen en frente, sus ataques hieren como el filo del acero.
Sabe cómo vengarse de quienes le han causado mal. En estas circunstancias, es más odioso que el más rencoroso, más destructivo que el ser más desbocado. Nada puede ocultarse a sus ojos escrutadores, saben aprovechar hasta la mínima información; saben descubrir las zonas desprotegidas de sus contrincantes. No dudarán en utilizar esta información en contra de quien quieren dañar; y lo harán sin contemplaciones, pisoteando todo cuanto pueden. Por ello, conviene ganarse el buen lado de sus emociones y no su odio.
No es posible saber lo que quieren, unas veces se entregan con pasión, como los amantes más fogosos y otras veces arden en frigidez, como los tipos más resecos. Cambian de estado emocional con tanta facilidad que es difícil adivinar qué es lo que hará a continuación. La única pista con que se cuenta es que los Escorpiones harán lo que sea para concluir lo que se han propuesto.
Sensibilidad pero también fuerza en el amor
En el terreno del amor acometen con fiereza, como bravos guerreros indolentes. Pero, quien tenga la oportunidad de ser pareja de un Escorpio sabrá a ciencia cierta que son seres muy sensibles y dóciles. Necesita tener el control de la relación para mantenerse en seguridad, por eso, su conducta suele desembocar en manipulación. Cuando se enamoran no reservan nada para sí mismos, lo dan todo.
Escorpio en el sexo es un animal lujurioso. Un ser sin cauces, actúa sin guía, con la sola intención de aplacar sus profundos apetitos. Se puede decir de Escorpio vive por y para el sexo. En realidad van más allá de lo que a todo el mundo le parece que es el acto sexual. Ellos se internan en la naturaleza mística del contacto, en el poder que está más allá de una simple relación carnal. Al igual que en otras esferas de su vida, cuando sea traicionado, no se quedará con las manos cruzadas. En la oscuridad de sus murmullos comenzará a cobrar fuerza una palabra: venganza. Furia.